Pasos a Ninguna Parte
Adhiero al calendario los días con aroma a libros en las cubiertas de la cama, las cortinas bloqueando mi unión con la luz (con la que, por algún motivo, no quiero enraizar). También, esos en los que las compañías no valen más que este sueño que llevo en los párpados.
A veces despierto, con la pena cayendo por un surco del labio luego de una imprevisible siesta y oigo que el vacío del lavabo me llama para derramarme entre sus aguas.
La soledad me mata a cada madrugada; al escribir entre hojas un sentimiento in(descriptible). Mientras atiendo el teléfono en contesta de algún conocido. Cuando no puedo dormir y miro al techo, y me siento en la cama a acunar el dolor. Posterior a una salida entre luces y ruido, al sacar las llaves para abrirle al silencio un hueco.
Ese mismo momento en el que antelo un día sin expectativa alguna, sin siquiera esperanza.
Estoy a un paso de comenzar a pensar que esa vida de éxito y felicidad está, en realidad, tan lejos de mí, que aunque no me hubiera importado en un anterior momento conseguir este placer imperialista, y lo negase con el fin de encontrar claridad alguna en las verdades de este cuerpo, pienso y me digo cosas, y a veces dudo de los frutos (de la adversidad). Algún día se irá a terminar, porque encontraré una paz para este sufrimiento, que mientras le grito a la almohada, no sé si es ajeno
... o si me lo estoy ganando.
A veces despierto, con la pena cayendo por un surco del labio luego de una imprevisible siesta y oigo que el vacío del lavabo me llama para derramarme entre sus aguas.
La soledad me mata a cada madrugada; al escribir entre hojas un sentimiento in(descriptible). Mientras atiendo el teléfono en contesta de algún conocido. Cuando no puedo dormir y miro al techo, y me siento en la cama a acunar el dolor. Posterior a una salida entre luces y ruido, al sacar las llaves para abrirle al silencio un hueco.
Ese mismo momento en el que antelo un día sin expectativa alguna, sin siquiera esperanza.
Estoy a un paso de comenzar a pensar que esa vida de éxito y felicidad está, en realidad, tan lejos de mí, que aunque no me hubiera importado en un anterior momento conseguir este placer imperialista, y lo negase con el fin de encontrar claridad alguna en las verdades de este cuerpo, pienso y me digo cosas, y a veces dudo de los frutos (de la adversidad). Algún día se irá a terminar, porque encontraré una paz para este sufrimiento, que mientras le grito a la almohada, no sé si es ajeno
... o si me lo estoy ganando.
Nunca dejes de hacer lo que te apasiona.
ResponderBorrar